Porque si te
ofrezco la vida, como mínimo al cielo deberías llevarme
No es un
imperativo ni mucho menos una limitante.
Solo que
cuando te ofrezco mis días
Supongo en
tus noches debo deambularme.
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El amor es
tan lindo que es un pecado esconderlo,
Si tienes
que esconderlo es porque no es tuyo
Es porque
seguramente no te corresponde en el sudor de la mano
De tramos y
tramos caminados
Es porque
seguramente se esconden del mundo por vergüenza
Quien ama,
jamás siente tal bajeza.
El amor es
tan lindo que debe gritarse
Sumergirse
en páginas sociales y hasta en la humedad de ciertos lugares.
En el abrigo
cuando hace frío y en el beso sin espera
Que recuerda
porque la vida es mejor cuando se besa.
El café que
te daba iba con un papel escondido
Que siempre
decía nos vemos después en el mismo sitio
Era divina
la lujuria que saboreaba aquellos espacios
Donde mi
cuerpo se deleitaba de posiciones y su encanto.
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Necesito que
me sepas disculpar por mantener mi preferencia contigo,
aunque no deba.
Debes hacerte
la idea porque creo que la mantendré siempre conmigo,
hasta que pueda.
Es un crimen
negarme a verte los ojos,
Es imposible
no derretirme con tu sonrisa,
Es
inevitable caer rendida ante tu olor y tus ganas de comerme viva.
Nos quedaron
cosas pendientes,
nos faltó
despertarnos abrazados
el desayuno,
las risas.
Me faltó una
noche de películas interrumpidas
Me faltó
bailar contigo, soñar despiertos una vida futurista.
Y un sinfín
e innumerables pendientes,
Que te juro
que si hubieses podido
te hubiese
preparado café de por vida.
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Y la lluvia propicia un
encuentro, en cuerpos que ya no están,
en besos que ya no
saben.
¿Cómo se deshace un
abrazo? ¿Cómo me quito los besos?
¡Cómo rayos hago
para que dejes de estar en momentos donde no lo estás!
Sí, el olor del café
recién cola’o me trae tu presencia.
Si a mi cadera te
acercas y ella solita se quiebra.
Sí, para ti son todos
mis cafés.
Lo son desde que los
probé de tus labios
Desde que recorrieron mi
ser con parte de ti en él.
Porque desde entonces
nadie me sabe tan divino como tú
Con nadie jamás mis
labios habían compartido ese vicio
que me enloquece y
embrutece la vida.
Ese vicio que hace que
cada vez que haga café,
desee compartirlo
contigo.
Porque sí, para ti son
todos mis cafés.
Noviembre 2016
La Victoria Edo Aragua
Venezuela.
Poema inspirado en amor soleado, breve, suculento y con fecha de caducidad.