domingo, 3 de marzo de 2019

Las mujeres y sus inseguridades. (1ª parte)



A lo largo de mi vida siempre tenía insertado en el cerebro que las dudas e inseguridades debían ser mitigadas por la pareja, por el compañero de vida, por la persona que a diario te ve, te respira y te brinda los brazos cuando el mundo se apaga.

Solía hacer preguntas incómodas buscando escuchar afuera lo que debo cultivar por dentro. Me inferiorizaba para que otra persona me hiciera sentir superior, vainas locas que la cabeza de una mujer enrollada se hace.

Buscando el mínimo detalle, adelgace esas libras demás, leí artículos de artículos incluso libros sobre la aceptación y todo el tema de amarse uno mismo. Tomé como costumbre verme a diario al espejo y gritarme elogios pero sigo apagando la luz para hacer el amor y escudriñando sobre las ex's de mi nuevo amor, viendo a ver mi ventaja o desventaja ante un hombre que roba miradas de mujeres muy lindas.

Porque para variar y avivar mis inseguridades me ha tocado un amor muy guapo.

En resumen y para cerrar con buenas nuevas, él enciende la luz para hacerme el amor y me olvido de todo, me ve desnuda y ya no me cubro porque he visto emoción en sus ojos, lo he pillado viéndome con una sonrisa y lanza en su defensa un argumento enalteciendo mis gestos y elogiándome la mirada, la sonrisa y el pecho.

Sin embargo el amor me confesó una noche de estas, que esas inseguridades se quitan "con lo que yo te digo y con lo que tú te creas"; y es verdad, me lo estoy creyendo tanto que ya no haré preguntas incómodas, ni pensaré si tuvo pasado o mejores opciones. Lo que importa es que ahora me gustan más mis senos y mi ojos, y no sólo porque el amor me les hace cumplidos sino porque definitivamente son muy lindos y me gustan.

Gracias a Dios y a la vida que me toca vivir, y sobre todo gracias por la paciencia para una cabeza tan enrollada como la de una mujer.



                                           

11 de noviembre 2018
Málaga, España. 








1 comentario:

  1. Vaya manera tan oportuna de redescubrite por dentro y por fuera. Que viva el amor, el popio y el que nos brindan.

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